Cuento
Rey Criollo
Parménides
García Saldaña
Siguiendo en la tónica alternativa de
mis lecturas, este mes quise leer a Parménides García Saldaña. Escritor que ha
sido reseñado por plumas como la de Fuentes, Poniatowska, José Agustín (el
prólogo de esta edición fue hecho por este último), entre otros.
Parménides fue un escritor de la
llamada literatura de la onda. De hecho él fue el primero en aceptar que pertenecía
a esta. Esta corriente se ubicó entre el periodo comprendido entre los 60’s y
los 70’s. Parménides fue extremadamente directo con sus posturas. De hecho
creaba leyes a la hora de escribir sus textos.
Uno de las particularidades de este
autor, y punto por el cual llamó mi atención, fue su gusto por los excesos, el
cual nunca escondió y que de hecho es muy evidente en sus textos.
Al igual que con Burroughs, en García
Saldaña, se observa un cambio en el paradigma, planteando historias nuevas y frescas
para esa época; y uno como lector sabe que se está hablando de un autor provocador
cuando, este mismo califica a su obra como su primer orgasmo en la literatura.
Para José Agustín este libro es “una radiografía
de los jóvenes de clase media de los años cincuenta, que se da de la inconsciencia
blindada de la pubertad al desbordamiento de la furia primordial de las
pandillas juveniles”. Y concuerdo categóricamente con José Agustín, ya que,
aunque la descripción hecha sea de los adolescentes de mitad de siglo, hay
muchas características que son inherentes al contexto histórico y son
propiamente características del proceso de formación de las personas.
El libro está conformado por once
cuentos que se relacionan entre sí, ya que todos van en proceso ascendente con
respecto de la edad de los protagonistas. Con el avance de los cuentos también
se puede observar que los temas que se tratan en cada uno de ellos van
aumentando de tono, además que se vuelven aún más complejos.
El lenguaje coloquial que se utiliza en
la obra ofrece una capacidad de conexión con el lector. Me atrevo a pensar que
el lector joven -digamos menor de 18 años-, encontrará un lenguaje ajeno a su
imaginario, puesto que la mayor parte de las expresiones de los personajes son modismos
de los 50’s.
El autor trató de hacer una fotografía
de todos los anhelos y deseos de aquella juventud de los 60’s que era
reprimida, mientras que lo único que buscaban eran espacios de expresión
sensual, siendo lo más burdo poder “fiestear” a gusto. En lo personal, me gustó
mucho este libro, ya que de una manera muy sencilla, podemos observar los
comportamientos de aquella sociedad tan “doble cara” y “moralina”.
Verano 2014
* Carlos Alfredo
Villalobos Meléndez es alumno del Sexto Semestre de la Licenciatura en
Administración Pública en la Universidad del Istmo.
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